Cada año, tenemos numerosos casos de reacciones alérgicas producidas por la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Por este motivo, hemos creído conveniente informar del grave problema que supone el contacto con esta oruga.
Cuando nos acercamos a la primavera y, con la subida de las temperaturas, las orugas bajan de los pinos (esas bolsas blancas en las ramas que vemos a menudo) para enterrarse y hacer una crisálida. Hacia julio, esta se convertirá en mariposa. Durante este período de migración, cuando se desplazan en forma de filas o procesiones, es cuando son más peligrosas, puesto que son altamente venenosas.


Por estos motivos, se trata de una URGENCIA y es vital acudir a un centro veterinario lo antes posible. Antes, se puede lavar la boca y lengua con agua y bicarbonato (sin frotar, para intentar no romper los pelos), puesto que esta mezcla inactiva parcialmente la toxina.
Nuestra recomendación es que durante los meses de febrero hasta abril, evitéis en la medida de los posibles paseos por pinedas.
Equipo veterinario de Arovet.